Tras la acción de la Comunidad Internacional en 1999, Kosovo se convierte, de facto, en un protectorado internacional cuyo estatus se encuentra en cuestión permanente, pese al reconocimiento de cerca de un centenar de naciones del mundo –no de España-; tras la declaración unilateral de independencia en el año 2008, los problemas internos han continuado, y si bien en el año 2013 se firma un acuerdo inicial con Serbia para normalizar las relaciones entre ambos, la situación no ha mejorado sustancialmente. Esta realidad conforma un espacio complejo para el desarrollo económico y social, y la emigración constituye un fenómeno en auge frente a una perspectiva de difícil solución de dicha realidad, solución que se pretende, en ocasiones, que no sea endógena. Un recorrido desde 1999 a la actualidad y un sucinto análisis de estas cuestiones articulan el presente documento.