Article
Spanish
ID: <
10670/1.lcq6n9>
Abstract
La historia de los grupos indígenas en la República Argentina es la de una exclusión a la vez social, política y simbólica. El proyecto de nación cívica implicó homogeneizar a una población heterogénea: “integración” significó “invisibilización”. Esta situación cambió en la última década del siglo veinte: la visibilidad se volvió una herramienta imprescindible en las negociaciones con el Estado y las empresas privadas, y fue cobrando mayor importancia a medida que fue debilitándose la legitimidad y el papel del Estado, hasta llegar a la crisis que conoce el país en los años 2001-2002. En un contexto de pérdida de valores y de sentido, el discurso político-identitario de las organizaciones indígenas fue encontrando un eco importante en la sociedad argentina. En 2010, tanto el desfile organizado en Buenos Aires para la celebración del 25 de Mayo como la recepción de delegaciones indígenas en la Casa Rosada reflejaron una voluntad de ruptura histórica en las representaciones tradicionales de la nación, y la necesidad de una redefinición simbólica de la ciudadanía.