Abstract
La integración política y económica de los países de América Latina entre ellos constituye uno de los mitos fundadores desde la independencia. En las décadas 1950 y 1960, la integración fue llevada a cabo según el modelo de la CEPAL, a través de la promoción de la demanda de mercados internos regionales. Su fracaso, las dictaduras de los años 70 y la crisis económica de los 80 postergaron todo proyecto de integración. Esta fue retomada en los años 1990 y 2000 por dos proyectos opuestos. Por una parte los Estados Unidos promueven un modelo de libre intercambio a nivel continental, teorizado como un “regionalismo abierto”. Por la otra, el Mercosur afirma un proyecto político más ambicioso, y defiende la idea de negociaciones por bloques. Los demás países de la región optan por una u otra estrategia: Chile y México privilegian la primera, América Central y los países del Pacto Andino la segunda.