La experiencia del encuentro sensible con la pieza artística despierta en nuestro espíritu aquello que el artista vio desde su estremecimiento propio. José Lezama Lima toma la pluma como si fuese pincel y traza en el lienzo de su obra Paradiso una poética narrativa que incita nuestra sensibilidad y transmite una textura imaginaria de lo real. La presencia del vanitas en los capítulos primero y séptimo no busca evocar una simple imagen sino estimular más allá del reconocimiento intelectual de dicha apariencia plástica. La vida como vanidad, el memento mori, transita como temática en estos cuadros descriptivos; transmite el mensaje del desengaño del mundo y toca nuestras fibras más hondas y humanas.